miércoles, diciembre 31, 2008

SEMINARIOS 2009

Actuación / Dirección


enviar CV a
cdrut@hotmail.com

viernes, diciembre 26, 2008

MURIÓ HAROLD PINTER

“Mi principal preocupación ha sido sobrevivir”

Renovador del teatro contemporáneo, la importancia de este inglés inconformista fue reconocida con el Premio Nobel de Literatura en 2005. En esta entrevista, repasa su pelea contra el cáncer y contra la política externa de Estados Unidos.


26.12.2008
–Su poema “Células cancerígenas” se publicó en The Guardian. Fue en realidad un grito de guerra contra su tumor, ¿verdad?

–Sí, lo escribí cuando me estaba sometiendo a la quimioterapia, y en quimioterapia vos te sentás y una enfermera te pone una cosa en el brazo –la quimio. Una enfermera en particular me dijo: “Las células cancerígenas son las que han olvidado cómo morir”. Me impresionó tanto lo que dijo que cuando salí escribí el poema. No sabía si iba a morir o no, y ese poema, pienso, representa precisamente lo que sentía en ese momento. No tenía idea de lo que iba a suceder y, de hecho, ha pasado todo un año desde entonces, pero tengo que decir que, como dice uno de los versos, “tengo que ver muerto mi tumor, un tumor que olvida morir pero tiene intención de matarme a cambio”. De hecho, me alegra decir que he visto morir a mi tumor. Así que, en referencia a esa experiencia, quiero quitarme el sombrero ante el cirujano que lo hizo, un hombre extraordinario como son, por supuesto, estos cirujanos. Uno necesita dos cosas para sobrevivir cuando tiene una enfermedad como ésta. La primera es un cirujano brillante, y la otra es una mujer brillante, y yo tuve la suerte de tener los dos. Así que para mí todo se ha convertido en una especie de mal sueño. Ha sido como estar en un bosque bastante impenetrable, en el que literalmente los árboles impiden ver el bosque. En otras palabras, la mitad del tiempo no tenía ni idea de lo que pasaba, durante la operación y al salir de ella. Antes nunca había estado enfermo así que fue bastante extraordinario encontrarme de repente en el hospital enfrentado a un cáncer muy grave y a una operación importante. Fue algo que ni me había planteado.

–Usted ha sido un luchador toda su vida, pero esta amenaza era interna en lugar de externa.

–Era ambas cosas. Externa en el sentido de que el cirujano tuvo que abrirme el cuerpo. No me di cuenta de lo que iba a hacer hasta después, cuando vi las cicatrices. No sabía su extensión. Y creo que mi estómago está en otro lugar en este momento. Pero era también interna, tiene usted razón, en el sentido de que me encontraba en un mundo muy oscuro que era imposible de interpretar. No conseguía entenderlo. Así que durante dos o tres semanas estuve en otro lugar, estuve completamente en otro sitio, no muy agradable, debo decir. Es como si te lanzaran a un océano en el que no puedes nadar. No tienes ni idea de cómo salir y simplemente flotas de un lado a otro, te inclinas de un lado a otro mientras unas olas tremendas te golpean. Es todo muy oscuro. El caso es que aquí estoy.

–Cuando uno pasa por la experiencia que usted ha vivido piensa a menudo en el tiempo, en la urgencia y en las prioridades. Incluso con su afamada energía, ¿existe algún trabajo que prefiera hacer más que otro, la política o escribir, o…?

–Ahora mismo, el principal objetivo de mi vida es simplemente sobrevivir, seguir aquí. Ésa ha sido mi principal preocupación. Y eso se reduce a hechos sencillos, me refiero a cómo usas tu energía, conforme va aumentando la energía, cómo dispones de ella, y también la dieta y esas cosas. Mi mujer presta mucha atención a eso. Así que ésa es, en realidad, mi principal preocupación. He escrito un poema, por cierto. Las palabras en la página... todavía me encanta hacer eso como lo he hecho durante más de 60 años. Esa excitación se mantuvo cuando miré la página. De repente, empecé a escribir una obra muy corta, pero una obra corta significa tanto para mí como una larga. Así que no sé. Espero que el próximo año sea más pleno y mejor porque me sienta más fuerte.

–¿Cree que está usted cambiando debido a esta experiencia?
¿El Pinter esencial ha cambiado?


–Soy más consciente de la muerte. También, durante muchos, muchos años he estado muy metido en política, y con bastante pasión. Ahora me dedico a ella con la misma pasión, pero he salido de esta experiencia con una actitud más imparcial. Veo el mundo de manera más objetiva, en lugar de… bueno, formo parte de él, pero también estoy fuera y puedo ser testigo de varias cosas que siguen siendo tan importantes como siempre, pero soy un testigo en lugar de estar directamente en la vorágine.

–Ha hablado antes del placer que le produjo escribir ese último poema. El lenguaje ha sido una pasión suya de toda la vida, y sé que el abuso del lenguaje y su significado es algo que le ha indignado a lo largo de los años; expresiones como “intervención humanitaria” y “mundo civilizado” y “eje del mal”.

–Mi favorita es la de “pueblos amantes de la libertad”. Cuando oigo a Bush decir que “en nombre de todos los pueblos amantes de la libertad vamos a seguir la lucha contra el terrorismo” y demás, me pregunto cómo son “los pueblos que odian la libertad”. Nunca he conocido a nadie así, y ni siquiera me lo puedo imaginar. En otras palabras, está diciendo estupideces. Ése es el tipo de retórica al que usted se refiere, que es realmente un lugar común en lo que llamamos el mundo occidental. (...) En realidad es justificar un acto simplemente autoritario para controlar y mantener el poder. Y la cuestión de destruir seres humanos mientras eso sucede parece ser irrelevante. Hay una pequeña anécdota que tengo que contarle. Durante el bombardeo de Serbia, hace unos años, había un mercado en una aldea llamada Nis. Yo he sido testigo presencial de este hecho. Una mujer estaba sentada con su hijo de cinco años en un banco del mercado, comiéndose un bocadillo. Y, de la nada, empezaron a caer bombas, bombas estadounidenses. El mercado se convirtió en un caos. Unas 40 o 50 personas murieron. Esta mujer buscó a su hija, que había salido disparada de sus brazos. Encontró la cabeza de la niña en la alcantarilla.

–He leído que una vez que fue evacuado de niño…, hablaba usted de las bombas y de que se había llevado su palo de críquet. Y esto me lleva a su amor por el críquet y su devoción por el juego. ¿Cómo encajan el críquet, el teatro y la política?

–Mire, la vida de uno tiene muchos compartimentos y me parece que el críquet es un acto de guerra maravillosamente civilizado. También lo encuentro estéticamente muy agradable. Me encanta el campo inglés, y el críquet se juega normalmente en un campo de hierba, con una especie de cielo azul y árboles. Lo encuentro extremadamente satisfactorio. Me fascinan los detalles del juego. Antes jugaba mucho. De hecho, fui capitán de mi club unos cinco años. Casi me mata.

–¿No es el críquet un juego con muchísimas reglas?

–Sí, definitivamente sí.

–Me confunde que una especie de quebrantador de normas o alguien que toda su vida ha luchado contra el sistema juegue al críquet.

–Nunca me habían preguntado eso antes. Me gustan las reglas que redundan en beneficio de la humanidad. Pienso que hay normas buenas y otras que son fatales, y pienso que las reglas del críquet son totalmente respetables.

–Ha aceptado recientemente el título de Companion of Honour (Compañero de Honor) , pero rechazó la oferta de Major de convertirlo en sir. ¿Por qué ha aceptado lo uno y no lo otro?

–Me parecieron dos cosas completamente distintas. La oferta del título de sir me pareció algo imposible de aceptar. No porque viniese de un gobierno conservador, como fue en su momento, sino de cualquier gobierno, el título de sir me parece sórdido. Me habría parecido bastante ridículo que me llamasen “sir”, pero lo principal era que me parecía que un galardón así era un galardón del gobierno. Mientras que el título de Compañero de Honor me parece fuera de tales consideraciones. Lo interpreté como un premio del país, por así decirlo. Al fin y al cabo, por muy crítico que haya podido ser respecto de este país y de lo que pasa aquí, y de nuestra relación con Estados Unidos, etc., sin embargo: a) me gusta el críquet; b) vivo en este país. Llevo viviendo y trabajando aquí casi sesenta años, así que tengo una relación muy estrecha. Debo decir también que recibí la carta del nombramiento dos días después de salir del hospital, y me sentía bastante mal, así que me animó.

(Publicado y traducido en la revista venezolana Dramateatro.)

Como Beckett, un autor influyente

Mi admiración por la escritura dramática de Pinter data de mi época de estudiante. Tuve la suerte de llevar a escena una versión de El montaplatos hace dos años en Buenos Aires y fui asistente de dirección del estreno argentino de Polvo eres dirigida por Rubén Szuchmacher en 1996. Cuando pienso en Pinter pienso en esos autores que como Beckett han sido fundacionales en su escritura. Una escritura que ha influenciado más de lo que imaginaban. Sin Pinter no tendríamos ni a Sarah Kane ni a Martin Crimp ni a un puñado de nuestros autores. No estoy diciendo nada novedoso, pero quizá la intención es decir algo que a veces mi generación olvida y que tiene que ver con el reconocimiento hacia aquellos que nos precedieron. Pienso en Pinter y pienso en una ética y en una mirada politica sobre el mundo. Pienso en Jorge Petraglia y en cómo habrá sido el desembarco de esa literatura en Buenos Aires en los años sesenta. Pienso en Pinter y recuerdo una descripción de Deidre Bair: Beckett y él en los años sesenta, tomando juntos una sopa de cebollas en París.

Cristian Drut, director teatral

Un hombre comprometido, un artista de vanguardia

El premio Nobel de Literatura Harold Pinter (78 años), uno de los dramaturgos británicos más importantes, murió en Nochebuena a causa del cáncer de laringe que padecía desde 2002. “Fue un grande y fue un privilegio vivir con él durante 33 años. Nunca será olvidado”, aseguró Antonia Fraser, la segunda esposa del actor, director y dramaturgo.

Pinter nació en una familia judía de sastres el 10 de octubre de 1930 en Londres, y debutó como dramaturgo con La habitación en 1957. Entre sus obras más representativas, muchas de las cuales fueron montadas en Argentina, se encuentran La fiesta de cumpleaños, El montaplatos y La vuelta al hogar. Sus trabajos se caracterizaban por diálogos minimalistas que buscaban la incomodidad y la angustia. “En los dramas –dijo alguna vez Pinter–, se trata de conflictos, desconciertos y confusiones. Nunca fui capaz de escribir una pieza alegre, pero soy capaz de disfrutar de una vida alegre.”

El inglés también era conocido por su compromiso político con la izquierda liberal y por su firme oposición a la invasión a Irak y a la Guerra de Kosovo.

En 2005 obtuvo el Nobel de Literatura. La academia sueca dijo en su momento que el autor “descubre el precipicio que hay detrás de los balbuceos cotidianos y que irrumpe en los espacios cerrados de la opresión”. Por el cáncer que le costó la vida no pudo viajar a Estocolmo a recibir el galardón, aunque sí pudo grabar el discurso en el que afirmaba: “A Estados Unidos le importan un bledo las Naciones Unidas, el derecho internacional o el disenso crítico. Tiene a su corderito detrás, Gran Bretaña, nación de un patetismo supino”.

“He escrito 29 obras de teatro. Creo que es suficiente”, dijo ese mismo año. En 2007 eligió el lugar donde dejaría su obra y vendió su archivo personal a la Biblioteca Británica en más de dos millones de dólares: allí hay 150 cajas con manuscritos, cartas personales, programas y fotos.

sábado, diciembre 20, 2008

HOY EN EL MERCURIO DE CHILE


"Cuando hicimos Strindberg":
Ideal para jóvenes



PEDRO LABRA HERRERA


No sería más que otro examen de egreso de una de las muchas escuelas teatrales universitarias, si no fuera porque "Cuando hicimos Strindberg" tuvo de profesor invitado a un director de importante trayectoria en Buenos Aires, Cristián Drut. Eso marca una gran diferencia, y no sólo en términos académicos: el resultado tiene méritos de sobra como montaje.

Con dramaturgia supervisada por otro joven talento porteño, Jaime Arrambide, el texto armó un collage con escenas de distintas obras de August Strindberg (1849-1912), a partir de la situación básica de "Casa incendiada". Lo que permite repasar algunos de los motivos y temas de ese autor clave para constatar su vigencia, en tanto cada uno de los 21 educandos tiene su momento para mostrar sus dotes.

Más notable aún es que apropiándose de su material, el espectáculo se articula como un fragmentado sueño que hace un zapping sobre los temores, inseguridades y anhelos de los jóvenes de hoy en diversas circunstancias. Sin una historia, el eje está en la atmósfera de urgencia e inquietud que sugiere el incendio, y la atrapante expresión de un estado de ánimo vital y exaltado, a la vez que lleno de dudas y confusión. Con todos casi siempre a la vista, los noveles actores efectúan un loable trabajo de equipo.

La mano foránea de Drut se manifiesta en logros que ya se quisieran muchos otros montajes de nuestra cartelera. Desde luego, en la voluntad de estilo que conlleva el creativo uso del espacio; la composición plástica dentro del mismo con un elenco tan numeroso, y la fuerza sugestiva de las luces y música ejecutada en vivo.

Sala Finis Terrae. Últimas funciones hoy a las 21:00 horas y mañana a las 20:00 horas. Entrada general $ 2.000.

miércoles, diciembre 10, 2008

INROCKUPTIBLES

Apenas el fin del mundo de Jean Luc Lagarce



(Con Valentina Bassi y Daniel Hendler, Ana Garibaldi, Ignacio Rodriguez de Anca y Susana Lanteri. Dirección: Cristian Drut. En el Espacio Callejón, Humahuaca 3759. Sábados a las 18.)



ESCENAS Recién a partir del festival que se realizó en su honor el año pasado, la dramaturgia de Jean-Luc Lagarce comenzó a llegar a los escenarios porteños. Entre las lecturas y los semimontajes del aquel evento se encontraba esta aproximación de Cristian Drut, quien acaba de estrenar la versión definitiva de una de las obras más singulares del francés. Luis regresa a su casa padeciendo una enfermedad terminal. Vuelve para anunciarlo y despedirse. Pero no es la muerte el elemento protagónico. Por el contrario, la obra exhibe un juego lingüístico en el que cada personaje tendrá su momento para exponer su propio padecer ante lo que originalmente fue el abandono y la ausencia de Luis. La madre, sus dos hermanos y una cuñada lo acompañan en sus últimos días de vida. Lagarce reflexiona sobre los afectos y sobre la presencia, y muestra cómo la ausencia tiene el poder de forjar odios y rencores. Este personaje que pudo salir de la casa paterna y hacer su propio recorrido deberá hacerse cargo de aquello a lo que renunció cuando se alejó de la vida familiar. Drut sabe cómo poner en escena este tipo de textos, y fundamentalmente cómo dirigir a los actores para hacer que ellos, sin perder la posibilidad de transmitir emoción, jueguen con la materialidad de las palabras, que fueron usadas con maestría poética por su autor y por una notable traducción de Jaime Arrambide.

F. I.

viernes, noviembre 21, 2008

ESTRENO/ SANTIAGO DE CHILE





Material fotográfico de Yuri Canales de las funciones de Cuando hicimos Strindberg para la Universidad Finis Terrae. Santiago de Chile. Noviembre de 2008.

domingo, noviembre 16, 2008

DIARIO PERFIL


Ana Seoane escribió esto sobre nosotros.

VIVA DE CLARIN

sábado, noviembre 08, 2008

REVISTA NOTICIAS

Olga Cosentino escribe sobre nuestro trabajo.

sábado, noviembre 01, 2008

HOY EN CLARIN

"APENAS EL FIN DEL MUNDO", De Jean-Luc Lagarce

La ceremonia del adiós

Con Daniel Hendler y Valentina Bassi, la obra se centra en la imposibilidad de restablecer antiguos vínculos familiares.

Apenas el fin del mundo. El título de la obra que Jean- Luc Lagarce escribió en 1990 en Berlín, alejado de su Francia natal, dos años después de que le diagnosticaran sida, preanuncia la belleza y la melancolía -abrumadoras- de su texto. El primer elogio es, entonces, para este dramaturgo y director que murió en 1995, a los 38 años, durante un ensayo, con casi 25 piezas escritas, pocas de ellas llevadas a escena; muchas, ignoradas. El segundo elogio, para su traductor, Jaime Arrambide: es arduo capturar el lenguaje de Lagarce, tan libre, tan lírico, tan intenso. Gramaticalmente complejo: un lenguaje que vuelve sobre sí, se contradice, se reitera, se yuxtapone. Que da cuenta, en definitiva, de una de las tantas imposibilidades humanas: comunicar el mundo con palabras.

Y sin embargo, las de Lagarce tienen encanto desolador y amplio alcance: regresan, resuenan, crecen, se resignifican en la mente del espectador tras el final de la obra. Apenas... empieza con Louis (Daniel Hendler) volviendo a su casa materna después de años. Tiene una enfermedad terminal, que no funciona como núcleo dramático, ni siquiera como tema, sino como impulso que lo arrastra a reencontrarse con vínculos quebrados. Su viaje podría ser real o imaginario: la realidad no parece modificarse sino resurgir, irrevocable como el pasado, a través de monólogos que se cierran sobre sí mismos, sin conformar un relato colectivo: quejas, celos, remordimientos, disputas familiares que ya no pueden ser, ni serán, canceladas.

El diseño de iluminación de Alejandro Le Roux y la puesta del director Cristian Drut multiplican, con delicadeza, la sensación de soledad, fractura y ambigüedad temporal. El prólogo de Louis de cara a los espectadores, que bien podría ser una página literaria inolvidable, permite percibir a su familia detrás: en el centro del amplio espacio escénico, en penumbras, alrededor de una mesa. Con la llegada de Louis, los personajes se irán dispersando y comunicando a través de "diálogos", que más bien son monólogos lanzados a la cara de un hombre pasivo o acaso ausente, ya en los bordes de la casa, bajo halos de luz, en contraste con la oscuridad envolvente.

Suzanne (Valentina Bassi, de gran labor con un texto arduo, como el resto del elenco), hermana menor, parece aplastada por el conformismo o la resignación de no haber despegado de la casa. Antoine (Ignacio Rodríguez de Anca), hermano obrero (como los padres de Lagarce) guarda rencor y celos hacia Louis -escritor-, pero sobre todo resentimiento contra sí mismo. Catherine (Ana Garibaldi) es su esposa. La Madre -así, sin nombre- de los tres hermanos (Susana Lanteri) oscila entre la nostalgia del mundo familiar que se esfumó y la manipulación de sus restos.

En un monólogo interior, Louis concluye: "Comprendí que esa ausencia de amor de la que me quejo, y a la que siempre le endosé todas mis cobardías, sin que hasta el momento yo la viese, comprendí que esa ausencia de amor siempre hizo sufrir más a los otros que a mí. Me desperté con la idea extraña y desesperada y también indestructible de que ya me querían en vida como les gustaría quererme muerto, sin poder ni saber jamás decirme nada". No es un mero destello de poética amargura, sino de la esencia de una obra formidable.

viernes, octubre 31, 2008

AFICHE

viernes, octubre 24, 2008

HOY EN AMBITO

Exige concentración sutil cuadro familiar


El director Cristian Drut valoriza al máximo los textos de Lagarce (monólogos interiores, conversaciones truncas), que por su lirismo y sutileza exigen una atención especial por parte del espectador.
«Apenas el fin del mundo» de J.L. Lagarce. Dir.: C. Drut. Int.: D. Hendler, V. Bassi, A. Garibaldi, S. Lanteri e I. Rodríguez de Anca. Esc.yVest.: C. Zuvialde. Ilum.: A. Le Roux. (Espacio Callejón.)

En el terreno siempre resbaladizo de los vínculos familiares, ni siquiera el afecto -descontando que éste exista- puede llegar a unir aquello que una vez se quebró sin que nadie supiese bien el porqué.

La soledad, la muerte y la imposibilidad de comunicarse con los seres a los que uno está ligado, por lazos sanguíneos y por una historia en común, son los ejes temáticos de esta pieza de tono intimista que con estudiada morosidad va sumergiendo al espectador en una atmósfera de creciente melancolía.

Es como si el autor nos invitara a observar un viejo álbum de fotografías tratando de descubrir en esas vidas mediocres y resignadas algún destello de felicidad. En este caso, el encargado de pasar las páginas es un hombre de 34 años (Daniel Hendler), un individuo de pocas palabras, entre inexpresivo y enigmático, que después de mucho tiempo regresa repentinamente a su pueblo con la idea de anunciarles a su madre y a sus dos hermanos que va a morir. Es una tarea imposible o quizás inútil, debido a que su presencia sólo logra activar el vacío y la sensación de abandono que aquéllos sintieron ante su inesperada partida.

Sin respetar un orden temporal, las escenas se van encadenando naturalmente a través del encuentro del protagonista con su madre ( Susana Lanteri), que recuerda con nostalgia antiguos paseos en familia; con su hermano (Ignacio Rodríguez de Anca), al que todo lo enfurece, empezando por su propia mediocridad; con su hermana menor (Valentina Bassi), algo corta de miras, pero todavía esperanzada en abandonar la casa materna, y con su cuñada (Ana Garibaldi) aferrada a un único tema de conversación, sus dos hijos.

La familia es más un síntoma que un tópico en la obra del dramaturgo francés Jean Luc Lagarce, un autor muy prolífico (dejó unas 25 piezas teatrales además de otros escritos), que murió de sida a los 38 años convencido, pese a no haber tenido suerte con su primer estreno en el teatro oficial, de que su obra alcanzaría la posteridad. Y no se equivocó, sus piezas son las más representadas en Francia (más que las de Chejov, exageran algunos). Lo cierto es que su legado teatral cuenta con el total beneplácito de los organismos de cultura franceses que hoy se esmeran en difundir su obra también en el extranjero. De hecho, «Apenas el fin del mundo» fue estrenada el año pasado, en el marco de la «Semana Lagarce en Buenos Aires», uno de los tantos acontecimientos que se organizaron en el mundo para celebrar el cincuenta aniversario de su nacimiento.

Narrada en base a monólogos interiores, conversaciones truncas, diálogos cargados de reproches y recuerdos que favorecen el equívoco, la obra se desenvuelve entre el sueño y la vigilia con una morosidad seguramente deliberada. Como es habitual en la obra de Lagarce, los conflictos de los personajes florecen dentro de su propio discurso y no tanto en la acción que en general es mínima.

Se trata de un material de gran lirismo que el director Cristian Drut (también responsable de una muy poética versión de «Crave» de Sarah Kane) se ocupó de valorizar al máximo, respetando las alteraciones sintácticas del texto y su rica musicalidad (algo digno de ser destacado puesto que se trata de una traducción).

Buenas actuaciones y un diseño de luces que define espacios, atmósferas, primeros planos y hasta distintos grados de realidad suman calidad a la propuesta. Aún así conviene advertir que se trata de un texto que por sus sutilezas requiere de una especial concentración por parte del espectador.

miércoles, octubre 22, 2008

CUANDO HICIMOS STRINDBERG


Cuando hicimos Strindberg. Proyecto de egreso de la Universidad Finis Terrae


Fotos: Alejandro y Alvaro Hoppe

Estreno: 20 de noviembre. Pedro de Valdivia 1509. Providencia, Santiago de Chile.

martes, octubre 21, 2008

LOS PARANOICOS



Daniel estrena pelicula. Vayan a verla.

miércoles, octubre 15, 2008

lunes, octubre 13, 2008

jueves, octubre 09, 2008

MAS FUNCIONES


Apenas el fin del mundo de Jean Luc Lagarce.

Sábados 18hs. Espacio Callejón. Humahuaca 3759. Reservas: 48621167.

Fotografía: Alejandro Le Roux.

sábado, octubre 04, 2008

ENSAYOS EN CHILE



Octubre 2008.

Fotografías: Nadia Mena.

jueves, octubre 02, 2008

MONTAJE DE EGRESO

Dentro del prólogo de la obra Ensueño de August Strindberg, descubrimos el concepto del espectáculo que queremos hacer en la Universidad Finis Terrae.


"En este ensueño he intentado imitar la forma inconexa pero aparentemente lógica de los sueños. Todo puede suceder, todo es posible y plausible. No existen ni el tiempo ni el espacio. Sobre un fondo de hechos insignificantes de la vida real, la imaginación da vueltas y teje su propia trama: una mezcla de recuerdos, experiencias, absurdos, improvisaciones y frutos de pura invención.

Los personajes se desdoblan, duplican, reduplican, evaporan, condensan, fragmentan y unen. Pero hay una conciencia superior a la de todos ellos, la del soñador, para quien no hay secretos, ni inconsistencias, ni escrúpulos ni leyes. Él ni condena ni absuelve. Sólo relata. Y como los sueños son con más frecuencia dolorosos que felices, un tono de dulce melancolía y compasión por todos los seres vivos recorre la desenfrenada narración. Dormir, supuestamente una liberación, es con frecuencia una tortura, pero cuando el tormento llega a su peor momento, despertarse reconcilia el sufrimiento con la realidad.

En ese momento y por agónica que sea, comparada con el sueño, la realidad es un placer."

(Prólogo de August Strindberg a su obra "Ensueño")


Fotografía: Cecilia Zuvialde.


viernes, septiembre 19, 2008

BECKETT 1987



Beckett en Paris, en una habitación en el hotel PLM en Boulevard St. Jacques hablando sobre la producción alemana de televisión de su obra What Where. Filmado por John Reilly dentro del documental Waiting for Beckett

miércoles, agosto 20, 2008

ALGO EN EL 2014



Pelicula de Andrés Andreani sobre una función de Apenas el fin del mundo de Jean Luc Lagarce

viernes, agosto 08, 2008

VEINTITRES

lunes, julio 28, 2008

HABLAN DE APENAS...

En este blog comentaron algo sobre la obra.
Y acá también.

viernes, julio 18, 2008

HOY EN LA NACION

Conmovedora recreación de Lagarce

Versión completa de la obra que se vio, semimontada e incompleta, en el festival dedicado al autor francés

Calificación LA NACION:

Versión completa de la obra que se vio, semimontada e incompleta, en el festival dedicado al autor francés
Una familia que debe enfrentar la ausencia que fue y la que vendrá

Apenas el fin del mundo, de Jean-Luc Lagarce. Traducción y dramaturgia: Jaime Arrambide. Intérpretes: Valentina Bassi, Ana Garibaldi, Daniel Hendler, Susana Lanteri, Ignacio Rodríguez de Anca. Escenografía y vestuario: Cecilia Zuvialde. Iluminación: Alejandro Le Roux. Asistente de dirección: Sophie Tirouflet. Dirección: Cristian Drut. En Espacio Callejón (Humahuaca 3759). Funciones: sábados a las 18. Duración: 70 minutos.
Nuestra opinión: muy buena

Durante la temporada 2007, se realizó en Buenos Aires el Festival Lagarce y, a través de una semana, los porteños tuvimos la oportunidad de conocer la obra de uno de los autores más fuertes que ha dado el teatro francés durante la década del 80 y comienzos de los 90; murió en 1995. Entre las obras presentadas, Apenas el fin del mundo -un texto que puede intuirse como autobiográfico- promovió un fuerte interés entre los espectadores.

Aquella experiencia, por entonces semimontada e incompleta, acaba de estrenarse ahora en su totalidad en el Espacio Callejón y recupera en profundidad el mundo de Lagarce.

Luis llega a la casa materna, después de muchos años de ausencia, para anunciar que está próximo a morir. Lo reciben su madre, su hermana, su hermano y su cuñada. Los acontecimientos que se suscitan en la primera y en sucesivas jornadas pueden resultar extraños. Cada uno de los familiares del protagonista tendrá también su momento protagónico y será aquel en el que recrimine a su hijo, a su hermano o a su cuñado, algo de la vida que él no les permitió compartir, porque no estaba y porque las pequeñas postales que enviaba, de vez en cuando, no alcanzaban para marcar presencia.

Y si Luis llega a anunciar su muerte, no es la muerte la que domina la pieza, sino la vitalidad de un reclamo parental que exige, precisamente, presencia: reconocer la vida de los otros y hacerse cargo, acompañar en las pequeñas alegrías y también en las angustias. La ausencia de Luis ha sido una marca muy determinante en ese núcleo familiar y su muerte un signo definitorio imposible de aceptar, en ese marco de realidad histórica. Sencilla y dolorosamente porque para aceptar la muerte de un ser querido, fundamentalmente, tendremos que reconocer su vida.

La dirección de Cristian Drut apunta a develar el exacto valor de las palabras, eje fundamental en ese texto de Lagarce, y consigue unas construcciones sumamente efectivas. Sus actores recrean esos complejos discursos del dramaturgo francés con una riqueza de matices conmovedora. El autor da espacio para que cada personaje exprese, en un único momento, una síntesis de su personalidad y, entonces, cada instante es determinante a la hora de armar ese particular entramado de relaciones que, desde el dolor, la omnipotencia o el rencor busca reconstruirse.

Una fuerte carga poética dominará todo el espectáculo y cada uno de los intérpretes -el elenco es sumamente homogéneo- dará muestras suficientemente claras de que puede descubrir, en cada palabra de Lagarce, la esencia de un discurso en apariencia simple, pero con una alta complejidad dramática.

La traducción y dramaturgia de Jaime Arrambide tienen un valor fundamental en esta experiencia.

Carlos Pacheco

viernes, julio 04, 2008

DANIEL EN LA NACION

Daniel Hendler estrenará mañana Apenas el fin del mundo, de Jean-Luc Lagarce

Un "actor audiovisual" llega al teatro

jueves, julio 03, 2008

APENAS EL FIN DEL MUNDO 2008






Material fotográfico de Mónica Benavidez.

miércoles, julio 02, 2008

GRAFICA DEFINITIVA

dg: patleakas@hotmail.com

APENAS.../ MONTAJE



Fotografías: Ignacio Rodríguez de Anca.

domingo, junio 15, 2008

ESTRENO


APENAS EL FIN DEL MUNDO

de Jean Luc Lagarce



con: Valentina Bassi, Ana Garibaldi, Daniel Hendler, Susana Lanteri, Ignacio Rodríguez de Anca

dirección: Cristian Drut

Después de muchos años de ausencia, el protagonista llega para anunciar a su familia su muerte cercana, rendir cuentas y arreglar asuntos pendientes antes de desaparecer. Demasiados malentendidos, frustraciones, celos y rencor surgieron durante su ausencia, apenas interrumpida por algunas tarjetas postales.



*Parte de esta obra fue presentada en formato de semimontado en la semana Lagarce en Buenos Aires en el 2007 en coproducción de El Kafka espacio teatral y la Embajada de Francia.

Estreno: Sábado 5 de julio- 18:00hs.

Espacio Callejón. (Humahuaca 3759- reservas al 4862 1167)

Funciones: sábados 18:00hs

Entradas: $25

Duración de la obra: 90 minutos


Ficha técnica:

Actúan: Valentina Bassi, Ana Garibaldi, Daniel Hendler, Susana Lanteri e Ignacio Rodríguez de Anca

Escenografía y vestuario: Cecilia Zuvialde

Diseño de iluminación : Alejandro Le Roux

Coordinación de producción: Vanina Fábrica

Asistencia de dirección: Sophie Tirouflet

Traducción y dramaturgista: Jaime Arrambide

Dirección: Cristian Drut



La obra, que está estructurada como una partitura musical, subrayada en esta puesta en escena, tiene también un carácter autobiográfico.

El teatro de Lagarce está centrado en el discurso, las intrigas de sus obras son relativamente sencillas. Su escritura procede por incisos, los personajes vuelven sin cesar sobre aquello que acaban de decir, modificándolo. Queriendo ser exactos con las cosas al máximo, el texto deviene paradójicamente en algo cada vez más impreciso. El teatro de Lagarce interroga la capacidad de poder decir verdaderamente las cosas.


viernes, junio 06, 2008

lunes, junio 02, 2008

KNEE PLAYS



Texto de David Byrne para Civil Wars de Bob Wilson.


jueves, mayo 22, 2008

FUN FOR ME



Este año se cumplen diez años del estreno de La historia de llorar por él de Ignacio Apolo.
Con los actores Ana Garibaldi y Pablo Messiez estábamos fascinados con esta canción y la usamos en la obra.

domingo, mayo 18, 2008

ENSAYOS MAYO 08




Sábado 17 de mayo, ensayos de Apenas el fin del mundo de Jean Luc Lagarce.
Fotos: Ana Garibaldi.

martes, mayo 13, 2008

DISEÑO DE LUCES




Material fotográfico de Alejandro Le Roux que da cuenta del espacio y del diseño lumínico de Apenas el fin del mundo de Jean Luc Lagarce.

jueves, abril 24, 2008

LADO JARDIN/ FOTOS






Material fotográfico de Clara Muschietti. Gracias Clara por el envio.
 
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